Un oasis de creatividad para las nuevas oficinas de Erretres diseñadas por Carlos Arroyo Arquitectos

Así son las nuevas oficinas de la agencia de diseño Erretres. Un oasis de creatividad junto a Plaza de España con jardín vertical, lucernarios inspirados en pinturas del siglo XVIII, muebles reutilizables y espacios multi-función.

La agencia de diseño internacional Erretres siempre ha buscado que sus oficinas tengan una personalidad propia, capaz de transmitir su espíritu e inspirar al equipo en cada proyecto.

Desde que Pablo Rubio Ordás fundó Erretres en 2003, esta consultora experta en branding y diseño estratégico con sede en Madrid no ha dejado de evolucionar con nuevos clientes de diferentes sectores y consolidar su internacionalización con proyectos en Europa, Asia y Latinoamérica.

En 2016 llegaba un gran reto: la remodelación de su nueva sede, situada en pleno centro de la capital. Para este gran cambio Erretres ha confiado en Carlos Arroyo Arquitectos. El estudio ha sabido convertir un espacio oscuro, fragmentado y sin vistas, en un espacio unitario, luminoso y agradable, capaz de adaptarse al flujo de trabajo y la tecnología de la empresa.

Nubes, luz y el cielo azul

Los estudios de Erretres se encuentran en pleno corazón de Madrid, rodeados de edificios de gran altura a solo unos metros de distancia. Ante este problema, se necesitaba combinar la luz natural y la artificial, para generar un entorno agradable. El objetivo era maximizar la luz natural reflejándola con colores claros y azul celeste, y a la vez naturalizar la artificial, filtrándola con impresiones digitales de nubes y cielos extraídos de pinturas al óleo del siglo XVIII.

Caminando por el jardín

Las tres plantas están conectadas por jardines verticales. De esta manera se aprovecha el espacio de doble altura de las escaleras y la luz que entra desde arriba. El espacio se convierte en un jardín vertical que filtra la luz que se vierte desde el lucernario, que continúa en los espacios de trabajo adyacentes en los tres niveles del edificio, por lo que siempre puede verse vegetación, incluso si no hay ventanas.

El muro como espacio de trabajo

Las paredes de ladrillo del loft habían sido modificadas varias veces, añadiendo tubos, conexiones, soportes… Para rejuvenecerlas, se ha creado una superficie plana que oculta todas las instalaciones en una sola pared técnica de corcho de alta densidad azul celeste. Esto crea una superficie vertical que recorre todo el edificio, convirtiéndose en un elemento esencial para la dinámica de trabajo de la empresa, proporcionando la perspectiva necesaria para visualizarlos proyectos en curso.

La cocina es una grada, es una sala de conferencias, es una mesa de ping-pong…

Antes de la reforma, el semisótano era demasiado oscuro para albergar usos permanentes y espacios de trabajo. Sin embargo, ha resultado ser un lugar perfecto para crear un salón de usos múltiples, que es al mismo tiempo cafetería, sala de reuniones, escenario y auditorio para reuniones formales e informales. Desde aquí, las vistas son un jardín con plantas de 3 metros de altura.

Todo es existente, reciclado o reutilizable

Es característico de Carlos Arroyo Arquitectos aprovechar al máximo lo existente, con mínima intervención y máximo resultado. Cada elemento que se añade es reciclado, o fácilmente trasladable a otro lugar para ser reutilizado en el futuro.

Las mamparas de cristal modulares, originalmente existentes en la planta baja, se han trasladado al sótano, proporcionando aislamiento acústico y una barrera térmica.

La mayor parte del mobiliario de la antigua sede ha sido reutilizada. Revestir todo con paneles de madera-bloque ha sido la manera de homogeneizar piezas de diferente origen. Incluso la grada/cocina está construida con paneles de madera, todos montados con tornillos a la vista para su fácil desmontaje y reutilización futura.

Fuente: Erretres

Fotos de Miguel Guzmán

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