Tarruella Trenchs Studio diseña el obrador y oficinas de Corella. Cuando el diseño interior se encuentra con la alimentación

El nuevo obrador de carne para la familia Corella se ubica en una nave industrial en Sant Cugat (Barcelona) donde se recibe la materia prima, se despieza y se prepara para enviar a sus tiendas, juntamente con los precocinados que ahora cocinan ellos mismos. Tarruella Trenchs Studio ha aceptado el reto de diseñar su obrador y oficinas. Este es el resultado y así nos lo cuentan,

El reto ha sido plasmar en el proyecto los valores de esta empresa familiar, procurando dar la máxima transparencia en sus procesos y crear un entorno agradable para sus empleados, añadiendo un plus de diseño, algo inédito en un obrador de carne.

Para reforzar la idea de transparencia se ha modificado la distribución existente de la nave desplazando la escalera hacia un lateral del espacio, aliviando la entrada de camiones y mercancías. Se decide aumentar el tamaño de las ventanas de la fachada para que los trabajadores tengan más luz natural en el interior, y se amplía el altillo para el almacén, los vestuarios, los aseos de los trabajadores y la cocina de precocinados.

Se ha prestado la máxima atención a los detalles y se ha mantenido una línea estética corporativa acorde con sus tiendas. El pavimento continuo y las paredes en tonos de color piedra, sin estridencias ni distracciones, excepto en varios puntos del proyecto donde hay guiños a su identidad de marca. Por ejemplo, en el acceso a la nave se repiten las porterías color rojo corporativo, el mismo color que se aplica a las guías del techo que permiten desplazar el producto desde que llegan en los camiones a las cámaras frigoríficas y luego al obrador.

Para romper con la homogeneidad del espacio, al fondo de la nave se enumeran las cámaras frigoríficas con grandes números negros que aportan contundencia al espacio de tonos neutros.

Se diseñan dos volúmenes que flotan para albergar la oficina y los aseos en el espacio a doble altura. Se opta por forrarlos de un material sintetico de color blanco y madera de roble -como las vitrinas de las tiendas y el taco de corte de carne- y se invierte el uso del material en sus respectivos interiores. Así, la oficina con exterior blanco tiene un interior completamente forrado en parquet de madera de roble, tanto paredes, suelos y techos y con mobiliario funcional de Enea y Mobles114. Y en contraposición, el volumen del baño tiene todo el interior en tonos blancos.

En el piso superior, la cocina de precocinados es un área técnica con vistas al exterior y entrada de luz natural, dividida por dos zonas mediante una carpintería de hierro y vidrio que separa la cocción de frío y caliente. El equipamiento de la cocina de acero inoxidable y una gran isla de trabajo con una campana extractora con luz, que divide en dos a través de esta carpintería.

Se decide abrir tres ventanas asimétricas al doble espacio que permiten ver cómo trabajan los cocineros, basándose en el concepto de transparencia de los procesos.

Se forra esta pared con piezas de mármol blanco país cortadas de distintas medidas aportando textura y materialidad, habiendo distintos tonos en las piezas que rompen la uniformidad y dan naturalidad al espacio.

El comedor para los trabajadores se ha concebido como una zona de encuentro y descanso, con estanterías de roble macizo y muebles de mármol en tonos oscuros y una gran mesa comunal de madera recuperada combinadas con sillas de LaGranja y dos grandes lámparas de Santa&Cole.

Finalmente, en el baño se ha aplicado otro recurso utilizado en los puntos de venta: un bebedero de bovinos de cemento basto colocado sobre una viga de hierro se convierte en el lavabo.

Fuente: Tarruella Trenchs Studio
Fotos: Meritxell Arjalaguer
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